La base para el desarrollo de la planificación urbana en Roma fue la hábil combinación de arquitectura barroca de edificios con fuentes en forma de exquisitas obras escultóricas. En el centro de Piazza Navona, donde se encontraba el estadio deportivo durante el apogeo del Imperio Romano, se encuentra una de las fuentes más magníficas y hermosas de Roma. La creación de la famosa escultura de Gian Lorenzo Bernini se erigió a mediados del siglo XVII.
Historia de la construcción
En 1644, Inocencio X se convirtió en el jefe del Estado Pontificio. Proveniente de la noble familia de Pamphilj, Inocencio era un partidario de los lujosos edificios monumentales. En la plaza, que más tarde se llamaría Navona, por iniciativa del Papa, comenzó la construcción de la residencia familiar del pontífice, la basílica y el palazzo más bello. Innocent X vio este barrio como un patio frente a su mansión. Por ello, se prestó especial atención a la decoración y ennoblecimiento de este territorio.
El Papa decidió erigir un enorme obelisco egipcio con una majestuosa fuente en la plaza. Se suponía que esta composición simbolizaba el triunfo de la Iglesia católica sobre el paganismo, además de exaltar aún más a Inocencio X. Muchos arquitectos intentaron proponer sus proyectos, pero ninguno cumplió con la intención papal. El famoso maestro de esa época, Gian Lorenzo Bernini, participó en el concurso. Inicialmente, el sumo sacerdote rechazó categóricamente los servicios del arquitecto debido a que fue patrocinado por el anterior Papa Urbano VIII, con quien Inocencio X había tenido tensiones anteriormente.
Cuenta la leyenda que cuando el Papa paseaba por la plaza, el astuto Bernini trazó bocetos de la proyectada fuente de ríos en su camino. Los dibujos asombraron a Innocent X con su perfección. Según el plan, se suponía que los escultores personificarían la actividad misionera de la Iglesia católica en todo el mundo. La idea del arquitecto interesó al Papa por el hecho de que la fuente proclama visualmente al sumo sacerdote como gobernante del mundo entero. El ingenioso arquitecto recibió inmediatamente el honor de liderar la construcción de la fuente de los cuatro ríos.
El ambicioso proyecto implicó grandes costos financieros, por lo que Innocent X introdujo impuestos impopulares sobre el pan, la carne y la sal para los ciudadanos. Esto disgustó a los romanos. Bernini trabajó con un gran grupo de estudiantes. La finalización de la construcción de la fuente tuvo lugar en 1651. Los artistas llenaron las imágenes de las esculturas con energía y fuerza vivificantes. La estatua sigue siendo impresionante y deleita a las grandes multitudes de turistas. La piscina con esculturas y obelisco se encuentra frente a la Basílica de Santa Inés, cuyo arquitecto fue Francesco Borromini, némesis de Bernini.
Hay varias historias divertidas asociadas con la fuente de los cuatro ríos. Según los rumores, las figuras de la fuente parecen mostrar desprecio por la creación de Borromini en su apariencia. Una de las figuras está vuelta de espaldas a la iglesia, y la cabeza de la otra escultura se cubre con una capa para no ver el templo. La tercera estatua, con una mano levantada, supuestamente representa el susto de la basílica vista.
Otra historia cuenta que Bernini cometió un error en la construcción de la fuente, por lo que el agua no entró en el tanque. Borromini descubrió la razón por la que la fuente no funcionaba. Esperaba el fracaso de su competidor. Sin embargo, en la gran inauguración de la estructura monumental, el agua aún llenaba la obra escultórica. Bernini logró corregir las deficiencias gracias a las propinas recibidas del sirviente Borromini, quien robó en secreto los cálculos correctos del propietario.
Descripción de la fuente de los cuatro ríos en Roma
El concepto principal de la fuente es la encarnación del catolicismo en los cuatro continentes del mundo (en el momento de la construcción de la estructura, Australia era una tierra desconocida para los europeos). La fuente es una gran piedra de travertino, de la que brotan chorros de agua. En las esquinas de la losa se encuentran figuras humanas de mármol expresivas, gigantescas y musculosas. Encarnan los famosos grandes ríos del siglo XVII en forma alegórica. Estos son el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata.
Las esculturas están rodeadas de figuras de animales y plantas correspondientes a los continentes mostrados. El salvaje de labios, sentado junto a la serpiente y el cocodrilo, apoya el codo sobre los innumerables tesoros en forma de monedas de plata. Esta imagen caracteriza los recursos naturales del río Sudamericano Río del Plata. La figura, cerca de la cual se puede ver un león y una palmera, simboliza el Nilo. Es de destacar que en ese momento las fuentes del río Africano aún estaban inexploradas. Por tanto, el rostro de la escultura se cubre simbólicamente con un paño.
El río Ganges está representado por un hombre con un remo, alrededor del cual ha girado un dragón. La figura demuestra el rápido desarrollo de la navegación marítima en la región de Asia meridional. El gigante de mármol, frente al pergamino en relieve con el escudo de armas del Papa en lo alto del acantilado, representa el río Danubio. Así se confirma la autoridad del cristianismo en el mundo. En la base del acantilado, puedes ver un caballo saltando a una floreciente llanura europea.
En el centro de la piscina hay un obelisco de granito de dieciséis metros, cuya parte superior piramidal está adornada con la imagen del escudo de armas de Inocencio X, una paloma con una rama de olivo. Pilon es considerado uno de los monumentos antiguos de Roma. Fue traído especialmente de Egipto para decorar un estadio deportivo bajo el emperador Majencio en 309. Alrededor del monumento se llevaron a cabo carreras de carros. Posteriormente, el obelisco se dividió en varias partes. Durante mucho tiempo, estuvo entre los restos de la antigua región romana. En 1649, por iniciativa de Inocencio X, el monumento fue restaurado y literalmente ensamblado pieza por pieza.
Dónde se encuentra y cómo llegar
La obra maestra de Bernini se encuentra en el centro de Piazza Navona. La estación de metro más cercana (Barberini) está lejos de la fuente. Por lo tanto, puede llegar a los lugares de interés en autobús. Hay muchas rutas que corren allí.